
David de Jorge es ROBINFOOD y presenta un programa de cocina que nos aventura en un viaje al fondo de ollas y sartenes, ameno, divertido y sin las bobadas que suelen ser habituales en algunas emisiones gastronómicas al uso.
Ketchup Barba Roja
O de un kétchup original.
Probablemente no se lo oigan decir a esta panda de cursis que en los últimos tiempos se autodenominan “foodies” pero para eso estamos nosotros que somos bastante más burricos, ¡atención!, el kétchup es una salsa bien noble y rica cuando está hecha como dios manda, además de tener infinidad de aplicaciones en la cocina que van más allá de la hamburguesa o el perrito adolescente.
Cierto es que en el nombre del kétchup se vende cada engrudo de flipar en cinemascope pero hay marcas, algunas bien conocidas, que saben lo que se hacen y embotan salsas de tomate eléctricas de relamerse los bigotes.
Los de Barba Roja son tres felices “chalaos”, que movidos por su pasión por las salsas, un día fabricaron su propio kétchup, según cuentan, “después de haber surcado mares y océanos, probando y probando y no encontrando nada por lo que afeitarse la barba”.
La particularidad de su salsa radica en que está cocinada a mano, de forma artesanal, sin ningún tipo de conservante, colorante o espesante, logrando recuperar el sabor del kétchup original.
Utilizan ingredientes españoles de primera, buenos tomates madurados en la planta, vinagre de vino, azúcar de caña, zumo de limón, ajo, sal, especias y aceite de oliva virgen extra, de forma que nunca hay un bote que sepa exactamente igual a otro porque es sabido que no hay dos tomates idénticos.
Mola su comienzo dulce con notas especiadas y ese ligerísimo toque picante final, tan sutil como elegante.
Para acompañar una burguer guarrona va de lujo, pero prueben a pringarlo sobre una butifarra, algunos quesos tiernos, aderezos, carnes o pescados, ¡viva el kétchup, redios!