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El Rolls Royce del «Kétchup».
La salsa de tomate Barba Roja es la renovación de un producto clásico y su entrada en la categoría gourmet. Un aderezo diferente, elaborado con técnicas artesanas, que parte del convencimiento de que no existen dos tomates iguales.
La reinvención de un clásico. ¿Quién ha dicho que no se pueda transformar el tradicional ketchup en un producto con la impronta gourmet? Tres emprendedores, Miquel, Anna y Alejandro, han contestado a ese desafío. Y lo han hecho con una salsa de tomate especial, única, distinta.
Empezó siendo una afición casi familiar, y se ha transformado en un vibrante negocio con una especial fi losofía. Ya lo dicen ellos: “Somos espíritus libres, curiosos, aventureros a los que nos gusta pasárnoslo bien explorando nuevos caminos y haciendo lo que amamos sin importarnos el qué dirán. El mundo es más emocionante siendo diferentes”. Y ese amor y esa diferencia se transforman en un ketchup al que han llamado Barba Roja. Ya saben, la barba como símbolo de rebeldía, conocimientos y valor. Con estos atributos crean un producto diferente. Cocinado de forma artesanal, “a mano”, como insisten Miguel, Anna y Alejandro, “y no se sorprendan si sabe diferente; no existen dos tomates iguales”.
Por eso, el proceso de elaboración resulta muy especial. Solo cuatro pasos. Cocción, envasado, precintado y pasteurizado. Y, después, aportando imagen e información, sobre el tarro una etiqueta que se adhiere a mano, como se preparaban antiguamente las conservas. Por descontado, se trata de un ketchup al que no se añaden conservantes ni colorantes. Su creación nos remite al vinagre de vino (en vez de vinagre de alcohol), al azúcar de caña, al ajo, la sal, el aceite de oliva, el zumo de limón y las especias. Al probarlo aparece todo un mundo: la huerta, el aire del campo y el calor de la maduración.
NO UTILIZAN CONSERVANTES NI COLORANTES. INCLUSO LA ETIQUETA SE ADHIERE A MANO
